domingo, 13 de febrero de 2011

"Sueños de bolsillo": Una aproximación a las trayectorias de los Menores esxtranjerso NO Acompañados en España


Me llamo Siham y tengo 17 años. Soy de Marruecos, de la ciudad de Tetuán, ciudad del norte de Marruecos, cerca de Tánger y de la ciudad española de Ceuta. Llegué a España cuando tenía 12 años.
Tengo seis hermanos y yo soy la mayor de todos; mis padres están separados, aunque viven juntos cuando mi padre viene a casa. Mi padre va y viene, no tiene trabajo y mi madre le mantiene, nos mantenía a todos con su trabajo. Él venía borracho y discutía con mi madre y nos pegaba a todos. Él tenía una novia. Yo estaba harta de esta situación y por eso me fui. Mi padre, cuando estaba, no me dejaba salir. Por culpa de mi padre, mis abuelos maternos no vienen a visitarnos aunque nosotros les visitamos algunas veces.

Mi madre, cada día, cruza la frontera y entra a Ceuta para vender cosas de Marruecos, sobre todo ropa, que ha comprado en Marruecos. La gente de Tetuán pasa la frontera hacia Ceuta y vende cosas de Marruecos por las calles o los mercadillos de Ceuta. Yo, normalmente, era la que me quedaba al cuidado de mis hermanos porque, mi madre, estaba todo el día fuera, trabajando. Se iba muy temprano y regresaba muy tarde.

Tengo cuatro hermanas y dos hermanos: mi hermano mayor, el que va detrás de mí se fue para España antes que yo, él no ha ido al colegio. Se fue cuando tenía 9 o 10 años. Él está en otra comunidad, en un centro, aunque, ahora, le he perdido la pista.

El resto de hermanos viven con mi madre. Ella, y mis hermanos menores, sí han ido a la escuela. Mi hermana de quince años, la que ahora cuida de mis hermanos, ha ido dos o tres años y dejó la escuela para cuidar de los hermanos.

Yo, a veces, acompañaba a mi madre a Ceuta a vender y mi hermana se quedaba al cargo de mis hermanos. Con el dinero que ganaba mi madre, se pagaba el alquiler de la casa donde vivimos, que tiene agua y electricidad. Era una casa con dos habitaciones.

Yo quería marcharme por culpa de mi padre; hacía mucho tiempo, dos años, que estaba pensando en venir a España: sabía que había chicos que se habían ido, mi hermano también. Quería otra vida, trabajar, ganar dinero.

Un día fui a Ceuta con una amiga de 22 años. Yo tengo pasaporte que me permite entrar y salir de Marruecos; es un pasaporte que tiene la gente que comercia entre Marruecos y España, que entran y salen de Marruecos cada día. Una vez en Ceuta, cogimos un barco hasta Algeciras. Pasamos en la cabina del camión de un amigo de mi amiga. Tenía dinero que me había dado mi madre, aunque ella pensaba que iba a Ceuta y regresaba a casa, pensaba que me iba a pasar el día.

Me quedé en Algeciras dos meses, viviendo en casa de unas amigas de mi amiga. Yo era la más pequeña, pues las otras chicas tenían 25 o 26 años y, mi amiga, 22. Mientras ellas trabajaban, yo me encargaba de limpiar la casa.

Pero Algeciras era muy pequeña, yo no salía, no iba a ningún sitio, sólo a veces, para dar una vuelta. Sólo llamaba a mi madre para decirle que estaba bien. Decidí irme a Madrid, a casa de la familia de mi padre, a casa de su hermana. Mi madre la llamó y preguntó si podía tenerme en su casa y ella le dijo que sí. Mi madre me mandó dinero para que pudiera comprar el billete a Madrid. Mi tía me vino a buscar a Madrid, a la estación de Atocha. Ella vive en Leganés con su hija. Su marido estaba en Marruecos y ella estaba sola con la niña. Limpiaba casas y yo iba con ella a ayudarla y cuidaba de su hija; los domingos la llevaba al parque. Yo tenía trece años y no iba al colegio, no me daba comida. Trabajaba, estaba cansada y no me daba comida.

Estuve un mes viviendo con mi tía pero yo no estaba bien allí. Y me fui a vivir a casa de una chica marroquí que conocí en Leganés, en la calle. Ella conocía a mi tía y sabía por lo que yo estaba pasando. Mi amiga tenía veinte años. Me fui a su casa y no dije nada a mi tía. No me despedí, pero tampoco me buscaron. Estuve viviendo con mi amiga durante un año, más o menos. La acompañaba a trabajar, ella también trabajaba en la limpieza. Era marroquí pero había nacido en España y vivía sola. Ella me pagaba por ayudarla en la limpieza doméstica. Me sacaba unos 600 euros al mes. Nunca me pidieron los papeles, nadie se dio cuenta que era menor de edad.

Después me fui a vivir a Alcorcón con otra amiga durante medio año. Mi amiga tenía 18 años y llevaba tres viviendo en España, sola, aunque vino para estar con su familia. Ahora vivía con su novio. En Alcorcón busqué trabajo y encontré trabajo de camarera. Trabajaba de ocho a cinco y me pagaban 750 euros. No me contrataron, yo no tenía papeles. Trabajaba en la barra del bar y nunca me pidieron la documentación.

Dejé el piso de mi amiga, yo quería entrar y salir, tener libertad. Me fui a vivir a una habitación alquilada que costaba doscientos euros. Todo lo que ganaba con mi trabajo era para mí, nunca he mandado dinero a casa.

Conocí al que era mi novio hace tres años. Yo tenía 14 y él 22 años. Él es marroquí,
de Tánger, y vivía en Alcorcón con sus hermanas. Él trabajaba de paleta y tenía los
papeles en regla. Le conocí a través del novio de mi amiga.
Empezamos a salir y, al poco tiempo, un año, más o menos, me fui a vivir con él.
Como él tenía documentación pudimos alquilar un piso que pagábamos con el sueldosueldo
de los dos. Nunca le dije a mi madre que vivía con él porque en Marruecos eso
no está bien visto, hay que casarse. Sólo sabía que tenía novio. Hemos vivido juntos
durante un año.
Ahora él tiene una orden de alejamiento porque me pegaba. Él estaba celoso porque creía que yo estaba con otro y con él. Le denuncié pero a la policía no le dije que era menor de edad. Mi situación se descubrió al quedarme embarazada. De hecho, se dieron cuenta los del Ayuntamiento, cuando me fui a empadronar y se dieron cuenta de que era menor de edad y fueron ellos los que llamaron a los Servicios Sociales. Había descubierto que estaba embaraza y necesitaba la tarjeta sanitaria. Yo no quería tener hijos en ese momento, pero sucedió así. Al principio pensé en abortar porque estaba sola y sin papeles.

Los Servicios Sociales del ayuntamiento llamaron a la policía y la policía me llamó a mí. Y yo fija a comisaría y de ahí al centro. Me llevaron a un centro para menores embarazadas, donde pasé todo mi embarazo y donde sigo actualmente. Desde el centro arreglaron mi situación documental.
Ahora, tanto mi hijo como yo, estamos regularizados y puedo empezar a buscar trabajo, después de haber realizado algunos cursos de formación.

De hecho, estoy dando mis primeros pasos en el campo laboral. No mantengo contacto con el padre de mi hijo y mi familia sabe cuál es mi situación. De hecho, espero ir a verla, próximamente, aunque mi vida está en España, junto a mi hijo.

Texto extractado de "Sueños de bolsillo. Menores Migrantes No Acompañados en España", un estudio elaborado por Violeta Quiroga, Ariadna Alonso, Montserrat Sòria (Fundación Pere Tarrés) y editado por UNICEF España.

Esta investigación ha pretendido elaborar un estudio de ámbito español e incorporar la diversidad de perfiles de menores migrantes no acompañados/as (MMNA), superando así los estudios que se habían realizado hasta el momento centrados en los MMNA de Marruecos. Las comunidades seleccionadas como unidades de observación son cuatro: Cataluña, País Vasco, Comunidad de Madrid y Comunidad de Valencia, todas ellas principales comunidades autónomas objeto de recepción de MMNA. A través del estudio de estas comunidades se pretende identificar cual es la situación en el marco del Estado Español, además de disponer de las herramientas analíticas necesarias para una mejor atención a esa población.

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