miércoles, 2 de diciembre de 2009

Hogares de Magaña: Trabajar con personas desde un enfoque diferente

El pasado 26 y 27 de noviembre visitaron la Escuela de Trabajo Social Silvano, Sabina y Diana de la Fundación Hogares de Magaña (Soria). Impartieron el curso de libre elección “Trabajar con personas desde un enfoque diferente”, al que asistimos un total de 20 personas. La metodología del curso fue “vivencial”; tuvimos la ocasión de conocer cómo trabajan con menores y familias en situación de exclusión social a partir de nuestras propias experiencias. Silvano iba introduciendo gradualmente los aspectos básicos de su filosofía de trabajo…

“En hogares de Magaña no hay una técnica o un conjunto de técnicas concreto que utilicemos. Aquí se utilizan como base para acompañar al otro la escucha activa, la desaparición de jerarquías y la no directividad. Cada persona es libre para decidir sobre su vida, los consejos no valen, así es que por medio de preguntas intentamos ayudarles a que ellos decidan. El “tú decides” y el “allá tú” son las frases que más les repetimos, ahora bien no perdemos ocasión para mostrarles caminos diferentes a las opciones a las que ellos creen que están abocados…”

“No somos ni el juez ni la policía, por lo que no juzgamos las conductas, ni imponemos sanciones. No investigamos con métodos policiales la verdad de los hechos y no somos chivatos”

“No damos ningún apoyo para algo que perjudique la salud o la libertad propia del interesado o de los que le rodean”

“No prejuzgamos las intenciones de las personas y actuamos según lo que nos dicen y hacen, y no según lo que sospechamos que van a hacer.”

“Evitamos el consejo, por ineficaz, y aprovechamos las crisis para el acercamiento”

“Reaccionamos en positivo frente a la agresión o la rebeldía, llegando incluso a pedir disculpas por nuestra incomprensión o falta de habilidad para resolver el caso objeto de la crisis.”

“Prevenimos a los recién llegados de cual puede ser su proceso y que no teman la recaída1 en su síntoma, que sólo es un síntoma y que nos cuenta que tenemos que seguir trabajando, no que han fracasado definitivamente”

“Las normas de convivencia las van descubriendo y aceptando con la práctica y las crisis, el respeto a los demás debe salir de ellos y no por estar escrito en un papel.”

“No se aplican soluciones de evitación, salvo en casos de grave riesgo.”

“No les sustituimos en nada de lo que pueden hacer, pero cuidamos el detalle cariñoso para que ellos también disfruten teniéndolos con los demás.”

“Respetamos su libertad cuando optan por el consumismo, pero les mostramos nuestra posición ante éste y las consecuencias en la sociedad.”

“Les damos la oportunidad para que opten por ponerse a trabajar de nuestro lado, aclarándoles que nunca percibirán mas recompensa que la moral.”

“Comenzamos a trabajar con ellos a partir de lo que nos dicen que necesitan, escuchando el lenguaje verbal e interpretando con ellos el no verbal, y les sugerimos si desean trabajar otras carencias que nosotros observamos.”

“Les preguntamos qué posición respecto a ellos desean por nuestra parte (paternalista, fraternal, con o sin jerarquía…) y cuál es la que imaginan que sería la ideal para su futuro.

Les hacemos ver sus avances y logros en toda ocasión, trabajando sus sentimientos de culpa y sus exculpaciones.”

“Les vemos en todo momento como personas con síntomas, no como síntomas en sí mismos.”

“Les advertimos que también somos humanos y cometemos errores, que también perdemos los nervios y ponemos malas caras, y que nos recuerden nuestros valores cuando nuestra actitud es incoherente.”

.. y todo ello se trasladaba al plano de la práctica trabajando sobre los “síntomas” o problemas que los asistentes planteábamos. Con la representación de casos familiares, trabajando desde una perspectiva sistémica, fuimos llenando nuestro maletín de técnicas sistémicas para la comunicación familiar desde la coparticipación; como nos decía Silvano, “herramientas de terapeutas para no terapeutas”: cómo hacer que toda la familia participe, qué método utilizar, cómo practicar la escucha, cómo trabajar con la familia como un “organismo”, cómo trabajar con los “síntomas” individuales para abordar las “enfermedades” del sistema familiar…

Si hay algo que nos gustaría especialmente rescatar es uno de sus principios básicos y vitales que orientan tanto su práctica profesional como su vida personal: la necesidad de “estar sano”. ¿Cuáles son desde su punto de vista los valores fundamentales para estar sanos?. Nos sugieren que tengamos en cuenta las siguientes frases y ejercicios y que las pongamos en práctica en nuestra vida y en nuestro trabajo:

- Observar cómo observo para saber más de mi, saber que no soy víctima de la realidad, sino de la construcción que hago de ella.

- Que el sentido de lo dicho lo pongo yo, no lo pone el que lo dice; y que mi reconocimiento, que es lo que necesito para poderme querer y tenerme estima, pasa por que yo me reconozca en el otro, con su “legitimidad”; sólo así me quedo reconocid@, reconociendo al otro.

- Tengo derecho y deber de cuidar mi identidad, de darme a conocer como soy y como me encuentro y así hacérselo saber al otro cuando proceda.

Ejercicios diarios para ir consiguiendo la madurez (que no es otra cosa que sentirme libre y responsable de mi vida):

- Leeré despacio este escrito y, durante diez minutos, escribiré cómo en la vida diaria, con ejemplos, puedo ir aplicándolo.

- No dejaré de tener presentes esos diez minutos hasta que sea una actitud en mi vida.

Contacto: Fundación Hogares de Magaña, C/ San Martín 6, 42181 Magaña. Tfno. 975 38 30 53

www.hogaresdemagana.org

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